Capítulo Tresmilésimo cuadringentésimo nonagésimo cuarto: “La ironía es una tristeza que no puede llorar y sonríe”. (Jacinto Benavente, 1866 – 1954; escritor español).
Si el paciente es ciego puede parecer un desatino usar anestesia en una operación a corazón abierto, al fin y al cabo ojos que no ven, corazón que no siente; puede resultar raro que alguno te pregunte que qué tal andas y le contestes pues ya ves; o hablar del tiempo y soltarle aquello de ojalá yo viera. Incluso encontrarte con uno en un pasillo delmercadona, preguntarle si necesita algo y que conteste que solo está mirando.
Pero lo que tiene que ser un cachondeo para cualquier ciego es tener que vivir en en el noveno B.