Capítulo Tres milésimo sexcentésimo: “La belleza externa siempre será importante que la física”.
Es curioso, invitas a alguien que acabas de conocer en algún sitio de entretenimiento a, por ejemplo, un café y ya piensa que quieres coitear, lo invitas a tu casa de la manera más inocente del mundo y ya piensa que quieres coitear, lo invitas al cine (¿todavía hay cines?) y ya piensa que quieres coitear.
Pero luego lo invitas directamente a coitear y se asusta diciendo que eres "muy directo".