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3675. Jueves, 13 febrero, 2020

 
Capítulo tres milésimo sexcentésimo septuagésimo quinto: "Una multa, otra multa.. otra multa.. !Mierda! una invitación de boda!”.

En los de mujeres pasa menos (o eso me han contado), pero en los retretes de hombres hay una ley no escrita que se cumple a rajatabla: siempre que estás con la puerta cerrada concentrado tranquilamente en tus cosas, alguien va a intentar entrar. Da igual cuantos estén vacíos al lado, el elegido siempre va a ser el tuyo. Es más, ya puedes decir a gritopelao "que está ocupado" que quien sea seguirá aporreando la puerta y bajando el manillar para intentar entrar durante un buen rato.

En semejante situación es mucho más efectivo decirle "adelante, pasa, pasa".

No vuelves a oírle respirar.