Capítulo cuatromilésimo centésimo cuadragésimo octavo: “¡Un minuto de silencio por toda esa paciencia y generosidad que derrochamos con gente que se merece una buena hostia en tó la cara!”.
Si lo de explotar con los dedos esas burbujitas del papel con el que envuelven las cosas frágiles suele relajar en algunas situaciones, creo que en esto de volver al (hacer como que) trabajo, voy a necesitar algunas toneladas de rollos de estos y algo más que dos dedos.
Llevamos cienes y cienes de años con los mismos (escasos) días de vacaciones al año. Ya es hora de una ampliación porelamordedios, ¡que estamos en el siglo XXI!